Confluencia: Para Lima y para el país

Por: Rolando Breña Pantoja

La "confluencia" que llevó la candidatura de Susana Villarán fue estructurada para Lima. No se discutieron sus perspectivas hacia el 2011. Fue y es un compromiso para ganar y gobernar Lima. Por ello, es legítimo que luego de las elecciones cada cual pueda escoger la política de alianzas que crea conveniente. Sin embargo, es bueno plantear que cualquiera sea el destino futuro de las organizaciones de la confluencia, ésta debe subsistir como unidad necesaria para garantizar la gobernabilidad de Lima, el cumplimiento del programa expuesto. Los avatares de la lucha electoral del 2011 y un presunto destino dispar de sus miembros no deben ser obstáculo ni pretexto para romper o debilitar la unidad que labró y conquistó la victoria electoral. Este compromiso debe ser asumido sin regatear, pues Lima votó porque así sea. Lo contrario sería irresponsable y oportunista.Por otro parte, creemos que la "confluencia", subsistiendo para Lima, debería formar parte de un frente unitario nacional más amplio. De tal suerte que se lograra vertebrar una sola gran alternativa para el 2011, con posibilidades de triunfo. Un solo frente, un solo programa, una sola candidatura, debe ser la consigna.Los partidos inscritos, PNP-FS-MNI, y los Frentes Regionales, deben convertirse en las fuerzas convocantes para concretar el espíritu unitario, que es imperativo no sólo para tentar la victoria, sino principalmente para gobernar con un programa de cambio democrático y patriótico.Obviamente es un difícil proceso. No debería serlo. Los tiempos exigen pensar menos en ideología y más en programas unitarios; atisbar más el futuro que hundirse en lo inmediato; sobrepasar los límites partidarios para acogerse a los amplios límites de la patria; volcar los intereses propios hacia los intereses de todos; buscar, entre nosotros, aliados más que competidores.Volviendo a Lima, los regidores de Patria Roja y el MNI están para trabajar, no para pedir cupos o cuotas de poder, exigir privilegios o funciones; están para unir, no para dividir; para una conducta democrática, de capacidad y eficacia.