A LA UNIDAD ROGANDO ...( I )

Ramiro Quispe

Ya se ha hablado de la tremenda dispersión de las fuerzas de la izquierda, el progresismo, más todavía el nacionalismo, en el presente proceso electoral regional. Justamente el escenario que resulta siendo el más favorable a la estrategia de la derecha para defender la profundización del modelo impidiendo precisamente esa gran unidad por la que nuestro partido ha bregado consecuentemente.

Pero ¿ cuanto se ha aportado desde la izquierda a que fracasen los reiterados intentos unitarios impulsados en la dirección nacional y desde las provincias y regiones?. La arista más clamorosa, es hora de decirlo ya públicamente, ha sido el fracaso de la unidad con el nacionalismo representado por el Comandante Humala y su PNP. Uno tras otro intento de unidad ha sido traído abajo por el nacionalismo en la Región Ica y a lo largo y ancho del país. Pero no solo es un error en la percepción que tienen ellos de la política. Es fundamentalmente la predominancia de fuerzas de la derecha y abiertamente neoliberales al interior de su conglomerado -no decimos partido- que como en nuestra región la Dra. Ana Jara se jactó de haber "pulverizado a la izquierda" en el proceso del 2006. Claro que esto lo dijo cuando decidió no ser candidata a la presidencia regional. El hecho que hayamos mantenido comunicación y relaciones cordiales y que afirmara públicamente que nosotros no éramos el problema sinó otras fuerzas para que no se de la unidad, no nos exime de afirmar eso. Ana Jara tiene la misma concepción pragmática y utilitarista que Humala sobre la unidad, expresada por cierto en su actitud de poner por delante los intereses de su grupo y los suyos propios -su candidatura- y traicionar la expectativa de los sectores populares de poner su liderazgo al servicio de un proyecto de transformación del país.

La pregunta sería ¿a quien sirve la política del llamado nacionalismo?. Sirve evidentemente a la estrategia de la derecha y abona a una derrota en una situación en la que los otros factores son favorables pero que no cuajan en la medida que falla la vanguardia. La unidad es necesaria para vencer. Eso no lo entienden Humala, sus seguidores y lo que es peor muchos compañeros en la izquierda. Y es que otro tanto de la misma concepción de la unidad ("todos detrás mío") se dio en el mismo seno de la izquierda en nuestra región, en la que es a todas luces evidente que hay fuerzas en descomposición integral y otras que no somos capaces de afirmarnos y asumir roles nuevos, de entender que nos corresponde a nosotros la construcción del referente político que requiere la región, de entender que sí, eso pasa por la construcción de nuestro propio escenario pero que ese propio escenario no somos solo nosotros.

Para decirlo mejor, precisamos dejar de supeditarnos a membretes o ex liderazgos, y entender que la Gran Unidad es fundamentalmente una unidad con el pueblo, con los trabajadores, con la juventud, con la mujer, en la perspectiva de construir una gran organización capaz de llevar adelante junto a los trabajadores y el pueblo, un proyecto de transformación integral del país.

En lo que respecta a nosotros, estuvimos y estamos siempre por la unidad. Fuimos la única organización política -de todas las que la pregonan- que obtuvo la autorización de su dirección nacional para formalizar una alianza regional en el Jurado Nacional de Elecciones. Pusimos a disposición de todas las otras fuerzas la inscripción del MNI al que pertenecemos. No hicimos jamás cuestión de estado en cuanto a candidaturas, a pesar que tenemos cuadros con capacidad de representar a nuestro pueblo en esta contienda. Es más, propusimos las Elecciones Internas de un militante un voto, desde el inicio, no cuando aparecieron los problemas y los afanes por las candidaturas. Cuando se logró aprobar el mecanismo de elecciones propusimos una candidatura unitaria, no un militante de nuestro partido como los compañeros del PC y del PS.

Una y otra vez insistimos en la confluencia, en suscribir acta tras acta, en conseguir acuerdos y recomposiciones. No es por nosotros que la misma no cuajó a tiempo, prefiriendo otras fuerzas esperar hasta el mismo día de cierre, la inscripción de la organización en la que hoy participamos, motivando desde arriba la dispersión abajo, en las provincias.